sábado, 12 de marzo de 2011

Práctica 2; PODER ABSOLUTO



Aristoteles dijo:  «Un poder absoluto es el mayor de los bienes, puesto que capacita para multiplicar cuanto se quiera las buenas acciones. Así, siempre que pueda uno hacerse dueño del poder, es necesario que no lo deje ir a otras manos, y en caso necesario es preciso arrancarlo de ellas. Las relaciones que nacen de la filiación, de la paternidad, de la amistad, todo debe echarse a un lado, todo debe ser sacrificado, porque es preciso apoderarse a todo trance del bien supremo y en este caso el bien supremo consiste en el éxito, en el triunfo» *


En este fragmento de texto podemos observar una perfecta definición de lo que para Aristoteles era un perfecto político. Como podemos ver, Aristoteles plantea una vida plenamente dedicada a la política y al poder, siendo necesario dejar de lado relaciones tan básicas y privadas como son la familia, la amistad, etc. Una plena dedicación a la carrera política desenbocaría en un correcto mandato y por lo tanto en el éxito y triunfo. 


Ahora bien, ¿No es demasiado dejar tu esfera privada para poder llegar a gobernar correctamente en la esfera pública?

Recordemos, que en la polis de Platón, los políticos eran de una casta distinta del resto del pueblo. No eran elegidos por el pueblo, y eran instruidos por los mejores maestros durante muchísimos años y salían de los mejores guardianes de la ciudad. Se dedicaban toda la vida a estudiar y a mejorar como personas, y hasta que no llegaban a encontrarse en perfectas condiciones de recibir el último proceso del conocimiento (la dialéctica), no llegaban a vislumbrar el Bien Supremo y por lo tanto ser capaces de gobernar una polis. En este contexto histórico, donde la vida de político era lo máximo a lo que se podía aspirar y conllevaba un esfuerzo increíble por parte del estudiante, sí era comprensible que se debería eliminar toda distracción carnal, tal como la amistad, familia, amor, etc. El aspirante debía estar plenamente concentrado en adquirir los conocimientos pertinentes y una correcta visión de la Justicia, el Bien, la Igualdad, etc. para lleva a cabo un perfecto mandato.


En la actualidad, no podríamos hablar de lo mismo, ya que el gobernante es elegido por el pueblo y no por maestros especializados en formar gobernantes, tampoco tienen un "entrenamiento" especializado en el mandato de una sociedad y además tienen la distracción de la familia, amigos, amor, etc. Existe una interconexión entre la esfera privada y la esfera pública del gobernante y por lo tanto, no llega a  adquirir esos valores Supremos que decía Platón de la correcta Justicia, Igualdad, Bien, etc.






*Fragmento extraído del capítulo tercero del libro cuarto de La Política de Aristoteles.

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